Lo último que oigas será maricón!
No les basta el insulto, la burla , la sorna o el ninguneo. No se conforman con el miedo que te producen, la precariedad a la que se te condena, el eterno control de ademánes y expresiones, la exclusión a la que te avocan.
Les da igual a quien deseas, con quien haces sexo, o si cumples o no con la expresion de la norma.
Lo último que oigas sera: Maricón!
Y es que la vida de un maricón no vale nada, la vida de un Maricón puede ser arrebata por el hecho de no cumplir la norma que a ellos mismos les constriñe. Un Maricón merece la muerte.
Y luego buscaran la excusa, que si provocas, que si te insinuás, que si haces sentir pánico al deseo prohibido…
Diran que son cosas que pasan entre jóvenes que hacen botellón con el mismo argumento de que “la infancia es cruel». Diran que es motivo del alcohol, o que son los migrantes con su cultura que no respeta nuestras costumbre.
Tertulianos harán de coro del relato policial mediatizado, para intentar limpiar conciencias y adormecer reflexiones. Las fuerzas de seguridad se enrocaran en sus “conocimientos” para intentar negar el odio, frivolizando o escondiéndose en sus enrevesados procedimientos judiciales y administrativos.
Todas somos Samuel, todas podemos ser asesinadas en cualquier momento, mientras que la incitación al odio campea a gusto en los despachos políticos en los que se pactan gobiernos y prebendas.
Nuestra venganza seguirá siendo la apuesta por las vidas que que rompen su normalida, a veces asfixiante, a veces criminal.
Señalemos, no solo, a sus asesinos sino a quien les jalean a los resposables de prodigar sus mecanismos de desprecio y necropoliticas.
Samuel que tu crimen no quede impune.
#XustizaParaSamuel